Un estudio reciente publicado en la revista Neurology determina si los patrones identificables de composición corporal pueden asociarse con un mayor riesgo de enfermedades neurodegenerativas y si esta asociación se debe a los efectos de la enfermedad cardiovascular (ECV).
¿Cómo afecta el peso corporal al riesgo de enfermedad neurodegenerativa?
Siguen faltando tratamientos eficaces para enfermedades neurodegenerativas como la enfermedad de Alzheimer (EA) y la enfermedad de Parkinson (EP), que siguen siendo las principales causas de muerte y discapacidad en las personas mayores. Por lo tanto, es fundamental identificar los factores de riesgo modificables para desarrollar estrategias preventivas específicas y personalizadas.
La ECV aumenta el riesgo de enfermedades neurodegenerativas; sin embargo, se necesitan más investigaciones para aclarar los mecanismos implicados en esta asociación. El “fenómeno de la paradoja de la obesidad” denota un menor riesgo de demencia y EP entre las personas obesas; sin embargo, esto puede atribuirse a la pérdida de peso involuntaria que se produce en las primeras etapas de las enfermedades neurodegenerativas.
El uso del índice de masa corporal (IMC) para definir la obesidad también es un factor limitante, ya que esta medida se creó a partir de datos de poblaciones homogéneas y no tiene en cuenta las variaciones en la composición corporal. Por ejemplo, el IMC no puede distinguir entre grasa y músculo, lo que hace que las personas muy musculosas sean clasificadas erróneamente como personas con sobrepeso debido a valores de IMC más altos.
Acerca del estudio
El estudio actual fue un análisis retrospectivo de datos de 412,691 personas obtenidos del Biobanco del Reino Unido. Ninguno de los participantes del estudio tenía una enfermedad neurodegenerativa al inicio del estudio y fueron monitoreados durante cinco años después del momento del reclutamiento hasta el 1 de abril de 2023.
Los investigadores estaban interesados en determinar cómo se podían utilizar diferentes características de la composición corporal, como la grasa, los músculos y los huesos, para predecir el riesgo futuro de enfermedades neurodegenerativas. La susceptibilidad a las enfermedades neurodegenerativas también se ajustó en función de las puntuaciones de riesgo poligenético para el genotipo de la apolipoproteína E (APOE) y los antecedentes familiares de enfermedades neurodegenerativas.
También se aplicaron métodos de análisis de mediación para la ECV. Además, también se examinó la posible relación entre los patrones de composición corporal y la atrofia cerebral o la enfermedad de los vasos cerebrales pequeños, que son indicadores del envejecimiento cerebral, en 40,790 participantes del estudio.
¿Qué mostró el estudio?
La edad media de la cohorte de estudio al inicio fue de 56 años, 55% mujeres. Se notificaron un total de 8,224 casos nuevos de enfermedades neurodegenerativas durante el período de seguimiento de 9.1 años.
Se identificaron varios patrones de composición corporal, que incluían masa grasa/masa magra, fuerza muscular, densidad ósea, distribución de grasa predominante en las piernas, obesidad central y patrones de distribución de grasa predominante en los brazos. Todos los patrones de composición corporal se asociaron con un IMC alto, excepto los patrones de fuerza muscular.
La relación masa grasa/masa magra, la fuerza muscular, la densidad ósea y los patrones de distribución de grasa predominantemente en las piernas se asociaron con una reducción del 6-26% en el riesgo de desarrollar enfermedades neurodegenerativas durante el período de seguimiento. Por el contrario, la obesidad central y la distribución de grasa predominantemente en los brazos se asociaron con un aumento del 13-18% en el riesgo de estas afecciones. No hubo diferencias en las asociaciones observadas entre los participantes con distintos grados de susceptibilidad, excepto en el patrón de densidad ósea.
La dirección del riesgo no varió cuando se estratificó a los participantes por subtipo o enfermedades neurodegenerativas específicas. Sin embargo, el patrón de masa magra se asoció con un mayor riesgo de enfermedad neurodegenerativa vascular y un menor riesgo de EA.
El envejecimiento y la atrofia cerebral se asociaron con la obesidad central y con patrones de distribución de grasa predominantes en los brazos. Comparativamente, la fuerza muscular, la densidad ósea y los patrones de distribución de grasa predominantes en las piernas se asociaron con un envejecimiento cerebral reducido.
El análisis de mediación indicó que entre el 10.7 y el 35.3% de la asociación de la enfermedad neurodegenerativa con estos parámetros podría atribuirse a las ECV, en particular a la enfermedad cerebrovascular.
Conclusiones
Ciertos patrones de composición corporal que se caracterizan por obesidad central, fuerza muscular y distribución de grasa predominantemente en los brazos tienen un mayor riesgo de sufrir enfermedades neurodegenerativas y envejecimiento cerebral, riesgo mitigado por la presencia de ECV.
En comparación con estudios anteriores que informaron hallazgos similares, el estudio actual consideró diversos componentes de la masa corporal y sus interrelaciones utilizando la enfermedad neurodegenerativa y el envejecimiento cerebral como resultados.
“Estos hallazgos subrayan el potencial de mejorar la composición corporal y el manejo temprano de la ECV para mitigar el riesgo de enfermedades neurodegenerativas”.
Reducir el exceso de grasa en los brazos y el tronco y aumentar el desarrollo muscular hasta niveles saludables puede proteger contra enfermedades neurodegenerativas en comparación con la pérdida de peso general. No obstante, es necesario realizar más investigaciones en muestras más diversas para validar este estudio.
Por la Dra. Liji Thomas, MDRevisado por Benedette Cuffari, M.Sc.
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